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martes, 27 de noviembre de 2012



El adiós con la cara en alto y la conciencia tranquila

Con el VI y último Informe de Gobierno, y a poco más de un mes de concluir el ejercicio de la administración pública estatal, el químico Andrés Rafael Granier Melo le agradece a los tabasqueños el haberle dado la oportunidad de servirles.

Se despide de todos al tiempo que también reconoce el esfuerzo y voluntad del pueblo para superar las múltiples adversidades y problemas, muchos de ellos inéditos, que tuvieron que enfrentar juntos a lo largo del sexenio por concluir.

El desglose de lo realizado durante estos seis años, en todos los rubros, está contenido en el documento que envió al pleno de la soberanía estatal el domingo 11 de noviembre y que fue entregado en su representación por el secretario de Gobierno Rafael González Lastra.

En el documento se detallan todas y cada una de las obras y acciones que con recursos propios unas, y con el respaldo y apoyo de la federación otras, así como con la participación de los gobiernos municipales y la iniciativa privada, se llevaron a cabo para beneficio colectivo y para propiciar, impulsar y sostener el desarrollo económico y social de nuestra entidad.

Durante el sexenio se tuvo que trabajar fuerte en la transformación, pero también en la reconstrucción de una entidad que nunca en su historia había padecido tanto a causa del impacto de fenómenos naturales, y también por otras causas entre las que destacan la presencia y acción del crimen organizado, así como los vaivenes suscitados por la crisis económica global.

A lo anterior, habría que agregar las fuertes presiones que el gobierno del químico Granier tuvo a causa de disputas políticas producto de la ambición por el poder de muchos actores políticos que mantuvieron al régimen y a su titular sometido a un constante desgaste generado por el cúmulo de acciones perversas, señalamientos y acusaciones que se ventilaron de manera constante y amplia en medios de comunicación, pero que hasta ahora, no han podido ser verificadas, corroboradas, ni documentadas para ser debidamente investigadas y proceder a fincar responsabilidades a quien o quienes hubieran incurrido en actos fuera de la ley.

De manera que los ataques mediáticos y políticos sufridos por Andrés Rafael Granier Melo, como cabeza del régimen que está por terminar, en tanto no se demuestre lo contrario luego de un minucioso estudio y valoración de pruebas contundentes presentadas ante instancias competentes, tienen solamente el status de supuestos, y constituyen un gran legajo de acciones encaminadas a mantener un ambiente de perturbación que permee en la sociedad en general, como parte de estrategias políticas puestas en práctica por interesados, y como presión y chantaje de parte de otros que no se vieron favorecidos en su momento con beneficios comprometidos, o simple y llanamente, recompensados en sus aspiraciones personales o de grupo producto de su muy particular percepción de merecedores de premios y canonjías solo concebidas en sus retorcidas mentes.

En medio de todo esto, y en los umbrales del ascenso al poder de fuerzas políticas diferentes a la que gobernó Tabasco por más de ocho décadas, el químico Granier ha dado la cara frente a los gobernados, ha rendido cuentas, ha puesto en la balanza sus logros y sus pendientes, y corresponderá al juicio de la historia el veredicto final de lo que fue su mandato.

Andrés Rafael Granier Melo sale con la cara en alto y la conciencia tranquila, mirando de frente a todos los tabasqueños. Ha reiterado que se debe al pueblo y debe ser el pueblo quien evalúe y juzgue sus aciertos, errores y omisiones, no unos cuantos ambiciosos que trascienden regímenes interesados en el poder y fortuna.

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