Autoridades
evaden resolver el problema del comercio informal en Villahermosa
José
Rafael Soberanez León
Mucha y razonada
preocupación entre la ciudadanía provocan las declaraciones vertidas hace unos
días por el coordinador de Fiscalización y Normatividad del Ayuntamiento de
Centro, Francisco Javier García Moreno.
Este funcionario
municipal, expresó que «En el caso de los vendedores ambulantes en la zona del
mercado Pino Suárez y el Centro Histórico, el Ayuntamiento de Centro ha
establecido como norma, que no se aplicará la «ley del garrote», pero sí se
levantarán los procedimientos administrativos para poner orden y evitar que el
número de comerciantes informales siga aumentando»
Esto es interpretado
por la población en el sentido de que al gobierno municipal de Centro no le
interesa el bienestar colectivo ni la buena imagen y limpieza del entorno de la
capital de Tabasco, pero si se ocupa, desde ahora, en mantener protegidos a
grupos de personas que bajo la «máscara» del ambulantaje, desde el comercio
informal, le sirvan, llegado el momento, como «clientela electorera» para
mantener en el poder al grupo político que hoy gobierna el municipio de Centro.
Es un hecho, se puede
comprobar de manera directa, que una enorme cantidad de espacios públicos,
peatonales y de vialidad, están secuestrados por grupos de comerciantes
informales cuya mayoría no son tabasqueños, no pagan impuestos, generan grandes
cantidades de basura que no levantan, le roban a los consumidores en el peso y
medida de los productos, provocan un ambiente de desorden y suciedad, afean el
entorno urbano con sus improvisados puestos, obstaculizan e impiden la
circulación de gente y vehículos, y si usted quiere aprender el lenguaje más
obsceno que se pueda imaginar, la zona de ambulantes, fijos y semifijos
constituye la mejor escuela.
Todo el primer cuadro
de la ciudad, principales avenidas como Madero, Bastar Zozaya, Constitución,
Javier Mina y Ruiz Cortínes, y calles como Amado Nervo, Eusebio Castillo, Gil y
Sáenz, Primavera, cerca del mercado, lo ocupan vendedores de perecederos,
bisutería, sandalias, alimentos, bebidas, discos compactos, ropa infantil y en
gran medida productos piratas, pero además han llegado al extremo de utilizar
espacios en la vía pública para peluquerías y mini casinos.
Para resolver todo
este caos, es necesario no solo la intervención de las autoridades competentes
del Ayuntamiento, sino otras de orden estatal y federal, pero todas parecen no
ver lo que sucede, no escuchan la protesta ciudadana, ni actúan de forma legal
y enérgica para limpiar las zonas invadidas y secuestradas, se reitera, por
gente que ni siquiera es de Tabasco.
La mayoría de los
ciudadanos critica y se opone a una de las soluciones planteadas por el
Ayuntamiento que busca crear espacios colectivos, las llamadas plazas comerciales,
para reubicar a los ambulantes, pero la oposición ciudadana es porque que este
proyecto quiere ser financiado con dinero público para favorecer a comerciantes
privados, cuando son éstos últimos, ante la prohibición que existe de que
practiquen el comercio en vía pública, los que tienen que invertir en conseguir
un lugar adecuado para establecerse y promover sus productos.
Acerca del señalamiento en el
sentido de que la pasada administración municipal concedió muchos permisos para
el comercio informal, no se descarta que esto sea cierto, pero también es
cierto que hoy son otros los responsables de resolver el problema, y por lo que
se advierte, no tienen ni voluntad política ni la decisión de terminar de una
vez por todas con el asunto del comercio informal que mantiene secuestrada a la
capital del estado, y como se dijo, se entiende que el Ayuntamiento de Centro
no quiere «matar a la gallina de los huevos de oro» que le significan varios
miles de votos, aunque no sean de tabasqueños, para extender su dominio del
poder más allá del 2015.
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